Capítulo 21. Moments.

CAPÍTULO 21: MOMENTS

Rubi: Vaaa quédate a comeeer.


Tu: No insistas, tengo que ir a casa a comer. Si no salgo ya no me va a dar tiempo...


Rubi: Jo... Bueno, vale. Ya te llamo esta noche y te digo qué tal la cena.


Tu: Vale, hasta luego. -Nos dimos un abrazo.


Rubi: Adiós. -Me encaminé hasta mi casa. En media hora llegué, entré y subí a la 
habitación de mi padre.


Tu: Hola... -Me acerqué a él, estaba en el ordenador, trabajando, como siempre.


TP: Hola cielo, ¿Qué tal?


Tu: Muy bien. Pero hambrienta.


TP: Pues... Hoy iba a irme un poco antes a la oficina y comeré por ahí, así que preparate lo que quieras. - ¿Otra vez? Ya me estoy empezando a acostumbrar...


Tu: Jo...


TP: Lo siento de veras... -Me dio un beso en la frente mientras apagaba el ordenador.- Por la noche estaré aquí. Pórtate bien, eh.


Tu: Lo intentaré. -Una sonrisa apagada inundó mi cara.


TP: Adiós. -Dicho esto, salió por la puerta y se fue. Otro día más.


Y ahora, ¿Qué hago yo? Aproveché que me sobraba tiempo para darme una ducha larga y calentita, ya que se me había quedado el pelo echo un asco después de la piscina. Una vez vestida y que me hube secado el pelo caí en que tendría que hacerme la comida... Qué pereza... Bajé las escaleras desganada. Divisé un folleto sobre la mesa de una pizzería, que entregaba a domicilio y se me encendió la bombilla. Llamé y en apenas un cuarto de hora llegó mi pizza hawaiana. Encendí la tele mientras me la comía. Estaban echando un capítulo repetido de 'Pretty Little Liars' así que lo dejé. Con tanta comida basura voy a acabar como una bola. Pero bueno, yo sigo comiendo. Poco a poco me la terminé. ¿Sabéis esta sensación después de comer como que te duermes y te entra un cansancio tremendo? Pues no podía más y creo que me dormí, porque no recuerdo nada más.

~~~~~

Louis: Está buenísimo, Harry.


Harry: Gracias. -Contestó mientras degustaban unos canelones de carne, cocinados por él.


Liam: La verdad es que sí. -Comentó para romper un poco la tensión que había entre Harry y él, pero el otro se limitó a ignorarle.- Bueno, -Se limpió con la servilleta.- Yo ya he acabado. -Y se fue por la puerta del jardín.


Saltó la valla que separaba su jardín del de su vecina y se sorprendió al ver que la puerta de la cocina estaba abierta. Entró sin hacer mucho ruido y fue al salón. Lo que vio le hizo sonreír. _____ estaba acurrucada y dormida en un lado del sofá. Se acomodó a su lado y la envolvió con sus brazos. No sabía por qué, pero se sentía bien al hacerlo. Por no hablar de las corrientes eléctricas que recorrían su cuerpo. Ya estaba acostumbrándose a ellas, pero cada vez eran más fuertes. No sabía a qué se debían, pero lo dejaba estar. No eran dolorosas, ni mucho menos. Le hacían sentir muy bien. Lo extraño es que esa es la primera chica con la que le pasaba. Notó a _____ moverse, se dio la vuelta y sus ojos se encontraron. Marrón con marrón, miel con chocolate. Y sonrieron a la vez.


Tu: ¿Cómo has entrado? -Dije con una voz débil de recién levantada.


Liam: Por la puerta del jardín, os la dejasteis abierta. -Acomodó un mechón de pelo rebelde detrás de mi oreja. Generando aún más corrientes.


Tu: Gracias. -Susurré. Y así nos quedamos, por un tiempo indefinido. Mirándonos a los ojos, él con la mano detrás de mi oreja, pero pronto bajó a mi cuello. Otorgándome unos cosquilleos. 

El sonido de unas llaves en la puerta nos sobresaltó a los dos, separándonos y sentándonos cada uno en una punta del sofá. La puerta por fin se abrió. Unos pasos apresurados recorrieron las escaleras y el piso de arriba, al minuto bajó y mi padre se asomó por la puerta.


TP: _____... ¡Ah! Hola Liam.


Liam: Hola señor (Tu apellido)


TP: David, por favor. He venido porque me dejé unos papeles, pero ya me voy.


Tu: Adiós. -Lo oí atravesar la puerta, entrar en su coche, arrancarlo e irse.


Tu: Y así todos los días. -Él me lanzó una mirada triste.


Liam: ¿Estás bien?


Tu: Sí. -Pero aun así me abrazó, y me sentí muy bien en sus brazos. Cómoda, segura, protegida, consolada.- Gracias, lo necesitaba. -Susurré.


Liam: Pues la próxima vez lo pides. -Murmuró contra mi oído. Nos separamos y nos miramos a los ojos. De nuevo esa conexión. De nuevo marrón con marrón, miel con chocolate. Una combinación perfecta.


Liam: ¿Qué quieres hacer?


Tu: Me apetece moverme, ¿Te importa que dejemos lo del jardín para otro día?


Liam: Claro que no. Por cierto, los chicos iban a ir a patinar a una pista de hielo cubierta, ¿Les digo que nos apuntamos?


Tu: ¡Vale! ¿Puede venir Rubi?


Liam: Claro, llámala, yo mientras voy a decirle a los chicos. En cinco minutos estoy aquí.


Tu: Chao.

~~~~~

Estaba escuchando música en su portátil cuando la puerta de su habitación se abrió, dando paso a una personita con un cabello rubio, seguido por unos ojazos grises y unas mejillas sonrosadas.

Rubi: Hola canija. -La peinó un poco el pelo con sus dedos.

Amy: No me llames canija, que ya tengo seis años. -La pequeña intentó sonar amenazadora, pero solo consiguió la risa de su hermana.

Rubi: Vale, vale. No me pegues canija.

Amy: ¡Que no soy canija te he dicho! -Hinchó sus mofletes, lo que realzó las pecas de sus mejillas.

Era increíble lo mucho que se parecía a su padre, y lo poco a su hermana y a su madre. Él, rubio y de ojos grises, ella, castaña de ojos cafés y pecas. Las pecas eran lo único que la semejaban a su madre. A su hermana ya es más difícil. Es más, poca gente se cree que sean hermanas. Una como su madre, otra como su padre. Totalmente distintas por fuera e iguales por dentro, solo que a una de las dos le faltaba madurar, por lo demás, clavadas internamente. Inocentes, divertidas.

Amy: ¿Qué haces? -Miró su portátil.

Rubi: Pues... Escucho música. -La verdad es que, desde que Rubi supo que los chicos estaban en un grupo, comenzó a escuchar sus canciones y la encantaron.

Amy: ¿Me dejas escuchar?

Rubi: Claro, toma. -La tendió un auricular y ella se puso el otro. Comenzó a sonar 'Tell me a lie'. Y, como había puesto la música en Youtube, salía la letra con la foto de quien la 
canta. Habéis visto ese tipo de videos ¿No?
La pequeña se quedó mirando una foto en la que salían los cinco.

Amy: Son muy guapos. -Ese comentario hizo reír a Rubi.

Rubi: Sí ¿Verdad? ¿Quién te parece el que más?

Amy: Mmh... -Miró a los cinco atentamente- Este. -Señaló a Louis.- ¿Y a tí?

Rubi: -Por un momento dudó si decirlo o no, pero, ¿A quién se lo podía decir su hermana? No pierde nada.- Este. -Señaló al moreno de ojos penetrantes y oscuros.

Amy: Ese también es muy guapo. Todos son muy guapos. Y la canción es muy bonita. ¿Cómo se llaman?

Rubi: Pues mira, el grupo se llama One Direction y este es Louis, este Liam, Harry, este Zayn y Niall.

La pequeña asintió. Rubi cree que gracias a ella sus amigos ya tienen una nueva directioner. Sonrió para sí, justo en el momento en el que su móvil sonó.

Rubi: Ahora vengo cielo, que me llaman. -Amy asintió mientras Rubi salía por la puerta e iba a la habitación de su hermana, ahora libre.

Inicio vía telefónica.

Rubi: Hola

Tu: ¡Hola! ¿A qué hora tienes la cena?

Rubi: Sobre las nueve o así, ¿Por?

Tu: Bien, ¿Te vienes a patinar conmigo y los chicos?

Rubi: ¡Vale! Ya pensaba que mi tarde iba a ser aburrida... Paso por allí en media hora, en 
lo que me preparo y me lleva mi madre en coche.

Tu: Vale, si no estoy en mi casa búscame en la de al lado. -Bromeé

Rubi: Vale, ¡Hasta luego!

Tu: Adiós.

Fin vía telefónica.

Rubi volvió a su habitación, donde su hermana estaba escuchando ahora 'One thing'

Rubi: Si quieres te dejo el portatil, pero en tu habitación ¿Vale?

Amy: Siiiiiii -Exclamó la pequeña emocionada, no todos los días su hermana le deja usar el ordenador.

Rubi: Espera, que hago una cosa y te lo doy. -Cerró las ventanas de Twitter y demás redes sociales y le llevó el portátil a su habitación, dejándolo encima de su cama.- Ahí tienes canija, yo me voy a preparar.

Amy: ¿Dónde vas?

Rubi: A una pista de hielo.

Amy: ¿Con quién?

Rubi: Con unos amigos.

Amy: Y ¿Qué vais a hacer?

Rubi: Patinar. -La hermana mayor, viendo cómo iba a seguir el interrogatorio, salió disparada a su habitación, a prepararse. Optó por esto:

~~~~~

Oí un ruido en la cocina, y pensé que era Liam, que ya habría vuelto de casa de los chicos.

Tu: Liam, ¿Ya estás aquí? -Los pasos seguían acercándose al salón, y que no contestara no me tranquilizaba en absoluto.
Una cabeza apareció por la puerta, pero no era Liam, esta tenía el pelo castaño y los ojos celestes.

Tu: ¡Louis! ¡Qué susto me has dado! -Dije suspirando y poniéndome la mano sobre el corazón.

Louis: Lo siento. -Dijo entre risas.- Vamos a ir a patinar ¿No?

Tu: Sí, eso parece. Por cierto, ¿Qué me pongo? -Esa pregunta pilló desprevenido a él, que me miraba con cara extrañada.- Quiero decir, que cómo va a hacer, es una pista de hielo, el hielo está frío. Pero como es cubierta... Tendrá que hacer calor, ¿No?

Louis me miraba con cara pensativa. Mientras se sentaba en un sofá diferente al mío.

Louis: Guau, nunca me lo había cuestionado. -Reímos los dos. Justo en ese momento apareció Liam en el salón y nos miró extrañado.

Liam: ¿Qué es tan gracioso? -Se sentó a mi lado en el sofá.

Louis: En una pista de hielo cubierta, ¿Hace frío o calor?

Liam: Pues claramente.... -Se quedó a mitad pensando.- Yo creo que frío, porque se tiene que mantener el hielo sin derretirse.

Tu: También es verdad. Un aplauso para Liam por favor. -Entre Louis y yo vitoreamos a Liam, bromeando.

Tu: Bueno, me voy a cambiar, porque si hace frío... -Me dirigí a la puerta del salón dispuesta a salir, pero antes, alcancé el mando de la tele.- ¡Pilla! -Exclamé mientras se lo tiraba a Liam, quien lo cogió sin ningún problema.- Poned lo que queráis, ahora bajo.
Y subí hasta mi cuarto. Tras pensarlo, opté por esto:

De momento me puse solo la camiseta, porque hasta que no lleguemos a la pista no haría frío. Y después bajé al salón de nuevo. Habían pasado apenas 20 min.
Me volví a sentar en el sofá ante la mirada de los dos chicos.


Tu: ¿Qué pasa? -No estoy acostumbrada a que me miren, soy más bien tímida y me sonrojo con facilidad. Creo que en ese momento estaba ligeramente roja.

Liam: Nada, nada.

Al rato llegó Rubi, así que fuimos a buscar a los demás y a pasar una tarde que posiblemente, muchos de los presentes no van a olvidar.