Capítulo 14. And your eyes... irresistible.

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CAPÍTULO 14: 'AND YOUR EYES... IRRESISTIBLE'

Harry vio lo que pasaba y la sujetó, primero del brazo, luego la abrazó para que no se cayera. Y en ese momento fue cuando se dio cuenta. Se dio cuenta de que sentía la necesidad de protegerla, por mucho que le costase, o grave que sea el riesgo. Lo necesitaba.

Unos cuantos metros más abajo, en aquel banco Zayn y Rubi miraban hacia la noria. Un grupo de niñas de unos diez años se les quedó mirando y empezaron a señalarles. Se les acercaron.


****: ¡Dios! ¡Tú eres Zayn! -Gritó emocionada una de las niñas

Zayn: El mismo.

****: ¿Te puedes sacar una foto con nosotras?

****: Porfa porfa porfa. -Rogó otra.

Zayn: ¡Claro que sí!

****: ¿Nos la puedes hacer tú? -Se dirigió a Rubi.

Rubi: Claro, juntaros todos. -Ella tomó la cámara e hizo dichas fotos.

****: ¿Tú eres su novia? -Rubi sintió sus mejillas enrojecer.

Rubi: No, no... -Ella y él se miraron y sonrieron tímidamente.

****: ¿Me puedes firmar un autógrafo?

Zayn: Claro, ¿Cómo te llamas?

****: Lucy. -Firmó su cuaderno.- Y los demás, ¿Dónde están?

Zayn: En la noria, ahora bajarán.

Lucy: Bueno, nos tenemos que ir, pasadlo bien. ¡Te quiero Zayn!

Zayn: Yo más princesa. -La pequeña suspiró y se fue seguida de sus amigas.

Rubi: ¡Qué ricas!

Zayn: Son nuestras niñas, las amamos. Se lo debemos todo. -En esto el resto de nuestro grupo bajó de la noria. Rubi se fijó en que su amiga llevaba mala cara.

Rubi: ¿Qué te ha pasado _____?

Tu: Nada, me he mareado un poco en la noria, nunca me había pasado.

Louis: Pobre, con lo emocionada que venía. -La abrazó.- ¿Te sigues encontrando mal?

Tu: Un poco, igual me cojo un taxi y me voy a casa...

Harry: No hombre, te llevo yo. -La tocó la frente delicadamente.- Guau, estás ardiendo. Creo que tienes fiebre.

Tu: Buff, no sé, pero yo estoy helada.

Harry: Pues vamos, que te llevo a casa.

Niall: Lo mejor ahora es que te metas en la cama.

Tu: Sí, eso haré. Y Harry, quédate si quieres, que ya me cojo yo un taxi.

Harry: Que no, que te llevo. No hay más que hablar. -Dio por concluida la discusión.

Tu: Bueno, pasároslo bien sin mí.

Liam: Lo intentaremos.

Harry: Y sin mí.

Louis: Descuida, lo haremos. -Bromeó el castaño, a lo que Harry respondió enseñando su dedo corazón. Y así, el pequeño grupo de dividió de nuevo.

La pareja deshizo el camino que antes realizó y se dirigió al coche. No intercambiaron palabra en todo el trayecto, ya que ella, acurrucada en el sillón del copiloto, al poco tiempo de entrar en el coche se quedó dormida. 
Él, aprovechando un semáforo en rojo se quitó la fina chaqueta de lana azul marino que llevaba y la tapó con ella. ¿Qué fue aquello que sintió en el London Eye? El chico no dejaba de darle vueltas a esa pregunta en su cabeza. Sintió que necesitaba proteger a esa chica, unos años menor que él, con los pómulos la mayor parte del tiempo enrojecidos, que le daban un toque infantil. Los labios rosados, carnosos, deseables. Sexys. Ojos marrones, marrón miel, marrón chocolate, cualquier tipo de marrón, le seguían encantando igual. Irresistibles. ¿Y sus pecas? Esas pequeñas pecas que decoraban su cara, otorgándole una pizca de inocencia. La forma en que arrugaba la nariz cuando la molestaban, cuando se mordía el labio a la vez que intentaba concentrarse... 
Nunca había sentido nada como eso, y menos en tan pocos días. ¿Cuántos días hace que se conocen? ¿Tres? Tres días sintiendo una cosa extraña en el estómago cada vez que la ve. ¿Mariposas? No. Algo más fuerte. Siente como si todo el zoológico se revolucionara dentro de él cuando está cerca de ella. ¿Amor? ¿Atracción? ¿Deseo? No, ni parecido. No puede ser. ¿O sí? No. Harry niega con la cabeza repetidamente mientras sube un poco el volumen de la radio, procurando no despertarla. Y, con el sonido de la radio, intenta dejar de lado ese momento reflexivo y poner la mente en blanco.




Blanco como el helado que en estos momentos están comiendo Rubi y Zayn: Nata con nueces y otra bola de frambuesa. Los cinco están sentados en la terraza de una heladería, no muy lejos de la noria.
Cada uno concentrado en proteger su helado y en intentar robar una cucharada del de los demás.

Niall: ¡Ni se os ocurra tocar mi helado! -Solo hicieron falta un par de miradas furtivas para que todos se abalanzaran a sus tres bolas de chocolate con trocitos de fresa.- ¡No vale! ¡Ha sido un todos contra Niall! -Todos soltaron una carcajada, menos él, que los observaba con odio.

Niall: Me debéis todos una cucharada de helado.

Louis: Sí hombre, haber estado atento.

Niall: Me voy a dar prisa, así no me quitáis nada más. -Cucharada a cucharada se acabó su porción de helado exageradamente rápido.- ¡Já! ¡Ya no me quitáis más!
Ellos rieron y, cada uno a su tiempo, se acabaron los helados. Ya empezaba a anochecer y refrescar, así que decidieron volver al parque, que estaba cerca del coche e irse cuando empezaran a tener frío.



El comentarista deportivo deja de sonar. Harry detiene el coche y extrae la llave. Antes de salir echa un vistazo a su lado. _____ está profundamente dormida. Cree que lo mejor será no despertarla. Sale del coche y se dirige a la puerta de sus vecinos. Llama al timbre. Nadie contesta. Vuelve a llamar con el mismo resultado. Tantea en el bolso de _____ en busca de sus llaves. ¡Bingo! Esta vez no se las ha dejado en casa. Aunque no le importaría dormir con ella otra noche. ¿Pero en qué piensa? Intentó concentrarse en abrir la puerta. No tardó mucho. La dejó abierta y entró en ella con la joven en brazos. La cerró con un ligero toque con el pie y subió las escaleras. Encontró su habitación fácilmente, la vio asomada a la ventana el día que se conocieron. Además, tenía todas sus cosas allí. Abrió la cama y la tumbó suavemente encima, tapándola después. Tocó su frente. Estaba ardiendo. Tenía la nariz roja, claros símtomas de fiebre. Se tumbó lentamente a su lado, mientras la acariciaba el pelo. Si por él fuera, daría al botón de pausa y se quedaría allí, para siempre. Pero su fantasía se rompe al ver esos ojos marrones encontrarse con los suyos.

Harry: Buenos días. -Dijo, sin moverse y con una sonrisa en los labios.

Tu: ¿Buenos días? ¿Cuánto he dormido?

Harry: Tranquila, no mucho. Creo que tienes fiebre. ¿Sientes frío o calor?

Tu: Bastante frío. -Ella se frota los brazos, buscando un poco de calor corporal que no encuentra.

Harry: Pues tápate, que voy a hacerte una sopa caliente.

Tu: De verdad que no hace falta, Harry.

Harry: De verdad que quiero hacerlo, ahora túmbate y tápate. Si necesitas algo no dudes en gritar, o llamarme, o cualquier cosa. ¿Vale?

Tu: Vale... -Harry está dispuesto a salir por la puerta.- Oye... -Se da la vuelta para mirarla.

Harry: Dime.

Tu: Gracias. -Soltó con una sonrisa. Él sigue pensando que incluso con la nariz roja, está preciosa.

Harry: No hay de qué. -Y finalmente salió de la habitación para dirigirse a la cocina.
Ella se quedó en su habitación, sin ganas de nada. Sintió frío así que se tapó hasta el cuello. Mira hacia el techo. Piensa en el día de hoy, lo repasa desde que se ha levantado hasta ese momento. ¿Qué fue lo de la noria? Un mareo, producido por la fiebre seguramente. ¿Y la reacción de Harry? ¿Cómo se la debe tomar? No lo sabe, tiene demasiado jaleo en la cabeza como para pensar. Lo único que tiene claro es que se sintió plenamente a salvo, en sus brazos, como la anterior noche. Se siente cansada, los párpados le pesan y finalmente cae en los brazos de morfeo.




Rubi: Ya empieza a refrescar ¿No?

Zayn: Sí, hace bastante frío.

Louis: ¿Nos vamos ya a casa?


Liam: Vale, pero conduzco yo.


Niall: Vamos, que tengo los pies helados. -Los cinco salieron del parque y montaron en el coche, no sin antes pelear por quién iba delante. Acabó ganando Louis.
En tres cuartos de hora, más o menos, ya habían dejado a Rubi en su casa y llegado a la suya.



_____ abrió los ojos. Se encontró sola, en su cama y con un malestar insoportable. Comenzó a recordar, la tarde anterior, la noria, la fiebre... Se incorporó en la cama. Miró la hora en el despertador de su mesilla de noche: las 23'30. En su mesilla también vio un tazón humeante. Se acercó y olió. Sopa de pollo. La cogió y comenzó a comer. Estaba buena. Muy, muy buena. ¿Fue Harry? Si es así, ¿Dónde está? ¿Se habrá ido a casa? No necesitó respuesta, pues debajo del tazón había una nota.

Buenos días, bella durmiente. Si estás leyendo esto, es que te tomaste la sopa. Espero que te haya gustado. Me tuve que ir porque a las once llegó tu padre, lo siento, me hubiera encantado quedarme más tiempo. Espero que te mejores. Mañana te iré a visitar.
Un beso, preciosa.
Harry.

~Narras tú~

Encantador. Este chico me sorprende por momentos. Puede ser un salido, y al minuto se convierte en una joya de chico. Después atrevido, luego, protector. Cambia totalmente de personalidad, me está volviendo loca. Igual es lo que pretende... ¿Quién sabe? Lo mismo tiene una crisis de identidad...
El sonido de la puerta de mi habitación interrumpió mis pensamientos. Era mi padre.


TP: Hola, ¿Ya estás mejor?


Tu: No mucho... Aunque la sopa ha ayudado bastante.


TP: ¡Qué majo es ese Harry! Te trajo hasta aquí en brazos y te hizo la sopa... ¡Te podrás 
quejar!


Tu: La verdad es que no, se lo tengo que agradecer.


TP: Bueno, me voy a trabajar más, seguimos con ese problema en el trabajo.


Tu: Vale, buena suerte papá.


TP: Gracias, y mejórate. Si necesitas algo dímelo.


Tu: Lo haré. Hasta mañana.


TP: Buenas noches cielo.


Y así, con la sopa de Harry en el estómago; su carta en mi cabeza; las palabras dulces de mi padre, que no solía pronunciar, en los oídos y malestar en todas las demás partes de mi cuerpo, me dormí.

~Narrador externo~


Introduce la llave y abre lentamente. Intenta no hacer ruido. No cree que sus amigos estén ya dormidos pero prefiere prevenir.


Niall: Ya era hora ¿No? -Efectivamente todos están despiertos, jugando a la play.


Harry: Al final tenía fiebre, la metí em la cama y le hice una sopa, pero llegó su padre.


Liam: Ah...


Harry: Bueno, ¿Vosotros qué habéis hecho?


Zayn: Poca cosa, tomamos un helado y estuvimos un poco en el parque.


Harry: ¿Y Rubi?


Louis: La dejamos en casa hace rato.


Harry dejó escapar un bostezo, al fin y al cabo, ha sido un día ajetreado  precedido de una noche casi en vela. Cree que es hora de irse a la cama, así que se despide de sus compañeros y se sube a su habitación. No puede evitar echar un vistazo a través de la ventana a la habitación en la que, hace apenas unos minutos, estaban él y _____. Aunque ella profundamente dormida. La luz está encendida. ¿Estará despierta? Se fija un poco más, pero la cortina le impide ver. La luz de sus vecinos se apaga y él enciende la suya. Se mete en la cama y no tarda en dormirse.




Louis: ¿Qué creéis que hay entre Harry y _____?
La pregunta pilla desprevenidos a loa otros tres chicos, quienes voltean hacia el castaño. Habían dejado la play para ver alguna película que echaran en la tele.


Zayn: ¿Por qué lo dices?


Louis: No sé, se les ve muy juntos.


Liam: Yo también me he fijado, pero creo que no pasa de una amistad.


Niall: No sé cómo os fijáis tanto en esas cosas.


Liam: Es que tú estás la mayor parte del tiempo empanado.


Niall: También... -Admitió divertido. No volvieron a sacar el tema, lo que tranquilizó a Zayn, si empezaban a hablar sobre eso cabía la posibilidad de que hablaran de él y Rubi; y no le apetecía nada. Sobre las dos de la madrugada se fueron a la cama.



Rubi: ¡Mamá! ¡Me voy a la cama! -Gritó desde su habitación. Hoy podía hacerlo sin miedo a despertar a su hermana, ya que la pequeña estaba durmiendo en casa de una amiga.


Anna: Vale, que duermas bien.


Rubi estaba eufórica, acaba de pasar una tarde casi perfecta con seis personas maravillosas. Las primeras que conocía profundamente en este largo y aburrido mes desde que se mudó. Algunas chicas que conocía de vista y algún que otro ligue de discoteca, pero nada como la relación que tenía con ellos. Especialmente con Zayn. Ese chaval la volvía loca. Se perdía en sus ojos. Su sonrisa. Su todo. Rubi sonrió inconscientemente a la vez que se ponía el pijama al pensar en él. ¿Eso era otra de las infinitas pruebas que afirman que le gusta? ¿O significa algo más? Demasiado pronto para plantearlo. Ni un día hace que se conocen. 
Se metió en la cama y seguía pensando en él. En el día de hoy. En él. En las sonrisas que han intercambiado. En él. En las palabras que se han dicho. En él. Y se pregunta, una y otra vez, si el chico en el que tanto piensa, estará pensando en ella. No lo cree, pero soñar es gratis. Aún tardó en quedarse dormida. ¡Estaba tan emocionada! Pero al rato, cayó en un agradable sueño. Cuyo protagonista no podía ser otro.